Esta mañana, mientras abría la
ventana de la habitación aún en penumbra,he visto como salía
volando ,por encima de las tejas desvencijadas del patio interior, un
pájaro azul al que he seguido con la mirada hasta que ha
desaparecido entre las brumas.
Inmediatamente después, mientras
miraba mis pies descalzos,noté que el ave seguia volando dentro de
mi cabeza.Revoloteaba por dentro de mi cuerpo com si huyera encerrada
dentro de un espejo. Desde aquel momento elsubconsciente ha
desembocado en unos hechos de una calidad alucinante.
El agua de la ducha era azul y gris;el
relieve de las baldosas del baño repetían la misma melodía
constantemente,com un eco. Yo misma formaba parte de ese eco.
Cuando me he mirado en el espejo de
espirales cuadradas he comprendido que yo misma estaba dentro de mi
cuerpo lavándome la cara,cepillándome los dientes, peinándome....
Durante todo el día he tenido la
sensación de moverme por el interior de mi cuerpo porque
inexplicablemente, todo estaba dentro de mí, com un sueño repetido.
Recordaba fragmentos de uno de mis
libros preferidos donde otra Alicia intentaba explicarse cuándo
estaba dentro o fuera de algún lugar,cuándo entraba y salía de
determinados recipientes, cómo crecía y disminuía en cuestión de
segundos.. He leído ese libro tantas veces que,aún hoy, continúo
pensando que la diferencia entre la realidad del exterior y nuestra
realidad interna no está demasiado clara, y que muchas veces vivimos
la vida de dentro, y no la de afuera...o al revés.
He estado todo el día dentro en mí
misma. Y dentro estaban también las calles, los semáforos, los
árboles con sus hojas de otoño verdes y ocres que a veces se
volvían azules. Estaban dentro las casas de los demás, sus voces,
sus caras ; gente que corría refugiándose de una lluvia que llovía
dentro de mí como un aguacero.
Viajaban por mis venas los papeles de
la mesa de trabajo, los números de teléfono,las horas, la tela de
los vestidos que se rozaban conmigo en el metro.Deambulaban por mis
órganos los recuerdos,elsilbido de la cafetera vieja, el olor a
albahaca de la cocina de mi madre que no está conmigo desde hace
tantos años, las sábanas de las camas de los hoteles visitados, las
fuentes...
Me impregnaba el mar y calaba la piel
como una esponja de sal y caracolas.
Estaban dentro los amigos,los amantes
pasajeros, las cartas, las fotos, las trampas, el colegio, los años
que pasé sin vivir mi vida y los que vivo ahora cuando no estoy.
Pasaban solas las hojas de los libros,
con sus letras azules, y se repetían los versos que escribí y ya no
guardo .
Sonaba la música de los que cantaban,
los sonidos de los coches que no encontraban las calles y frenaban de
golpe girando sobre sí mismos y seguían después el camino que
marcaban las señales de tráfico, que también estaban dentro de mi
cabeza y señalaban continuamente el camino que me llevaba de vuelta
a casa ...
Yo me observaba desde fuera, y a la
vez estaba dentro de mi cuerpo buscando el camino que me llevara a la
salida. No entendía cómo podia estar allí y verme al mismo tiempo
Caminaba despacio como una ciega dentro
de mí misma,vagando por una realidad que giraba dentro de la
espiral del espejo de Alicia.
Varias veces cerré los ojos esperando
despertar de lo que creía un sueño, pero siempre volvía esa
extraña sensación azul de realidad desdibujada y confusa que quería
escapar del espejo donde ahora sé que vive esa Alicia que soy
yo...y que también es la otra.